¿Tiene Trump poder para hacer tambalearse el acuerdo sobre el clima de París?
Aunque es evidente que no es una buena noticia la no ratificación por parte de los Estados Unidos del acuerdo de París sobre cambio climático, afortunadamente no va a suponer, ni mucho menos, el fracaso del mismo.
Hasta hace unos pocos años, el mayor emisor de gases de efecto invernadero eran los Estados Unidos de América, pero esa situación cambió hace unos años. Hoy en día China es, de lejos, el país con mayores emisiones de gases de efecto invernadero del planeta, y con una tendencia, en ausencia de políticas de mitigación del cambio climático por su parte, realmente preocupante.
Afortunadamente los políticos chinos, inicialmente reacios a renunciar al derecho al crecimiento económico de su país sin tener que pagar sobrecostes ambientales, han visto ahora una gran oportunidad. Europa, EE.UU y el resto de países avanzados contaminaron y emitieron CO2 en su momento para llegar a su desarrollo actual y los países emergentes exigían poder crecer en emisiones como ellos lo habían hecho.
Como se observa en el gráfico de arriba, los Estados Unidos de América aunque han perdido el liderazgo en las emisiones, todavía suponen aproximadamente un 17 % de las emisiones mundiales. Ese porcentaje se irá reduciendo en los próximos años por el mayor crecimiento económico de los países en vías de desarrollo, especialmente de China, India y Brasil.
Fue muy significativa la reunión mantenida entre China y la Unión Europea para confirmar su compromiso con los acuerdos de París y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero al mismo tiempo que Donald Trump anunciaba que no ratificaba el acuerdo de París.
También es muy significativa la posición de muchos estados y grandes ciudades americanas que se han desmarcado totalmente de su presidente y confirman que sus políticas seguirán en el sentido de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y que irán aumentando sus exigencias progresivamente.
En el estado de California por ejemplo, la producción de energía fotovoltaica ha crecido de tal manera que en algunos momentos llega a pagar a otros estados por consumir el exceso de energía fotovoltaica que produce.
La Unión Europea está absolutamente comprometida con la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y está actualmente negociando internamente aumentar los objetivos parciales para el 2030 para acelerar la transición hacia una economía prácticamente nula en emisiones de dióxido de carbono el año 2.050. Esta tarea ingente, que hace sólo unos años parecía impensable que pudiera llevarse a cabo, hoy en día si que parece posible a pesar de algunos grandes retos que hay que afrontar.
En definitiva, la posición de Trump sobre el acuerdo sobre el Clima de París no va a suponer un gran problema y podría incluso anularse completamente si tanto la Unión Europea como el resto de países firmantes del acuerdo acordasen imponer algún tipo de arancel sobre la importación de productos americanos en base a sus emisiones. Aunque algo así podría desencadenar una guerra comercial con los Estados Unidos, ellos serían claramente los perdedores.