Los compromisos de la UE en materia de cambio climático: ¿qué nos espera?

La Unión Europea ha trazado una hoja de ruta en la que se ha marcado el objetivo de descarbonizar nuestra economía en el horizonte del 2050. Aunque parece un objetivo lejano, para realizar una transición energética de tal calibre el plazo es un plazo muy corto y no da margen a retrasos parciales.

El objetivo marcado es el de reducir las emisiones de CO2 entre un 80 y un 95 % lo que demuestra lo radical del cambio de modelo económico que nos espera. Las emisiones en España en 2013 alcanzaron los 322 Mt CO2 equivalente, de las cuales los usos energéticos representan el 75 % y los usos no energéticos el 25 %. Esto indica que la implicación debe ser absoluta en todos los sectores, incluidos los de usos no energéticos para poder cumplir con este exigente objetivo.

En función del año que finalmente se escoja como base para la reducción (1990 ó 2015) y el porcentaje de reducción finalmente acordado (entre 80 y 95 %), el objetivo de emisiones totales en 2050 variará entre un máximo de 88 y un mínimo de 14 Mt CO2 equivalente.

PRINCIPALES SECTORES

El sector que tuvo mayores emisiones en 2013 fue el del transporte, con 75 MT CO2 eq. y un porcentaje del 31 %. Es evidente que éste es el sector en el que habrá que realizar un cambio de modelo completo. Lo primero que hay que realizar es intenta reducir la demanda de energía para este uso, mediante el incremento del uso del transporte público, el fomento de coches compartidos y la optimización del transporte de mercancías. El transporte por ferrocarril y por barco son las opciones más eficientes para medias y largas distancias, pero en España están todavía muy poco desarrolladas.

El sector energético es el segundo en importancia, pero es el que más está reduciendo sus emisiones e invirtiendo en energías renovables, a pesar del parón producido desde el RD 1/2012 y del famoso decreto de autoconsumo. En la actualidad, tanto la energía eólica como la fotovoltaica, especialmente esta última, han conseguido reducciones de costes que les permite estar ganando concursos internacionales a unos precios de producción impensables hace sólo10 años. En chile se han adjudico proyectos fotovoltaicos con un precio de venta de la electricidad de 29 USD/MWh, en Mexico de 35 USD/MWh, USA de 37 USD/MWh y Abu Dhabi de 24 USD/MWh. En subastas eólicas se han llegado a 30 USD/MWh en Marruecos y a 43 USD/MWh en México. Todo esto augura un rápido cambio en este sector, que en 2016 bajo hasta unas emisiones de 260 gr/kWh producido y que está lanzando nuevas subastas para la adjudicación de nueva potencia de energía renovable. Queda pendiente la mejor gestionabilidad de estas energías

El tercer sector en emisiones es la industria, con 42 Mt CO2 eq. y un 18 % de las emisiones totales. Este sector necesita más que ningún otro que la reducción de emisiones se realice de forma tal que se mejore la competitividad de las empresas y no se le perjudique en exceso con cambios regulatorios que le hagan perderla en favor de países que contaminan más, porque un objetivo parcial (el de España) no debe nunca suponer un aumento de las emisiones globales (por traslado de la producción a países más permisivos). La eficiencia energética y también el uso de energías renovables, como la geotermia para ciertas aplicaciones, no solo reducirá sus emisiones sino que le hará aumentar su competitividad.

En cuarto lugar están los sectores residencial y de servicios, que suman 29 Mt CO2 eq. y un 12 % de las emisiones. En estos sectores queda un largo camino por recorrer, ya que la construcción de edificios hasta la edición de del código técnico de la edificación (CTE) de 2013 ha sido con una baja calidad de aislamientos y materiales. En este documento se exige una mayor eficiencia energética de los edificios, a través de una reducción de las demandas máximas de calefacción, y les obligaba a aumentar el uso de energías renovables. En la actualidad se esta realizando una nueva revisión de este documento que se espera aumente aún más las exigencias para reducir el consumo de energía en los edificios y que aumente las exigencias sobre la utilización de energías renovables para satisfacer su demanda.

En este sentido la energía geotérmica tiene un papel fundamental que realizar. La energía geotérmica para viviendas y edificios produce con un solo sistema todas  las demandas térmicas del edificio: calefacción, refrigeración y agua caliente sanitaria /ACS) a un menor coste de producción que cualquier otro sistema. Utilizando geotermia en lugar de gas natural para la producción de calefacción y ACS  reducimos las emisiones de CO2 de forma radical, del orden del 77 % de reducción con lo valores de emisión de la electricidad del año 2016. Estos valores de reducción se irán incrementando a medida que el mix de producción de electricidad¡ siga aumentando su porcentaje de energías renovables y reduciendo el del carbón en favor del gas natural.

El gran inconveniente que tiene la energía geotérmica para despegar, aparte del desconocimiento en general, es la necesidad de una inversión inicial superior a los sistemas convencionales, pero la existencia de empresas de servicios energéticos (ESE)  elimina este problema y da confianza al consumidor final.

Nos queda un largo camino por recorrer y todos debemos hacer nuestros estos objetivos para tener éxito. Cuando además de cumplir este objetivo obtenemos unas casas más eficientes, sin emisiones locales y con un precio de la energía para calefacción, ACS y refrigeración inferiores, ¿a qué esperamos para cambiarnos a geotermia? Si estás interesado en una casa con geotermia contáctanos.